Lo Único Verdadero Es Lo Que Sentimos

Muchas veces cuando nos sentimos tristes, nostálgicos, pensativos, o simplemente no somos los nosotros de siempre, el gracioso, el juguetón, el sarcástico, nos dicen que algo está mal.

Mal para el que nos lo dice y no lo siente. 

Y no solo cuando en nosotros surge sentimientos de tristeza o nostalgia, hay veces donde se nos cuestiona nuestra felicidad o sentimientos de esperanza.

Lo que nace en nosotros es lo único real y verdadero en este mundo. Nosotros no tenemos ninguna potestad en lo que sentimos, estamos o vamos a sentir. En lo único que tenemos algo de elección, es lo que hacemos con esos sentimientos, y eso es todo.

Tenemos todo el derecho de tener miedo, de sentir estrés, de sentir odio, de sentir cosas horribles hacia otra persona, pero eso no esta mal, no. En ninguna lado esta mal. Si es lo que el cuerpo siente, no esta mal. Lo que hacemos con esos sentimientos es lo único que puede ser juzgado.

Somos libres de sentir pereza, de sentir amor, de sentir lujuria. Pero lo que hacemos, o no, con la pereza; lo que pensamos hacer, o no, con esa lujuria; lo que hacemos con ese amor, ya es otra historia.

En lo único en lo que podemos confiar en esta vida, es en lo que sentimos.

Si somos felices repartiendo periódicos, que así sea. Si somos felices atendiendo en una caja de algún McDonalds, que así sea. Ninguna persona puede juzgar lo que sentimos. Igual, no lo decidimos nosotros, mucho menos ellos. Si nos sentimos estúpidos por una persona, nadie nos puede decir que nos detengamos.

A la hora de querer suprimir nuestros sentimientos por el miedo a juicio ajeno, estamos matándonos.

No hay que temer a lo que sentimos, mucho menos temer a lo que piensen los demás, por lo que nosotros sentimos.

En cambio, nuestros pensamientos son resultados de una digestion mental. No son tan puros como un sentimiento. Sentimientos tenemos desde niños, desde que nacemos. Lloramos y teníamos miedos y no teníamos formas de explicarlo, solo gritábamos. No sabemos por que, solo lo sentimos.

Nuestros pensamientos han sido la creación de nuestros padres, de los medios y de nuestro alrededor. Son reales, por que lo pensamos y están presentes, pero no tienen nada que ver con nuestros sentimientos.

Es un mensaje directo, de algo más grande que un simple juicio o ignorancia humana.